Batad, las terrazas de arroz de 2 mil años

Si te pregunto que es lo que no ha de faltar en un plato de comida en Asia, estoy seguro responderías arroz, y es tan cierto que en KFC te sirven pollo con arroz en lugar de papas fritas, o que en Filipinas se acostumbra a comer arroz en el desayuno. Claro que asi como ellos comen arroz nosotros en Guatemala pedimos un par de quetzales de tortillas para acompañar el menú de Pollo Campero, frijoles, guacamole y demás.

Además de que el arroz es parte esencial en la alimentación en Asia, es también muy intersante los lugares donde se cosecha, a pesar que hay siembras alreadedor del país, resulta ser que existen lugares muy enigmáticos como es Batad y Banaue donde se han construído terrazas de arroz de hace más de dos mil años por los habitantes de Ifugao que han podido transmitir el conocimiento y manejo de las tierras por cientos de generaciones, y tan remoto en las cordilleras del norte de la isla de Luzón que el área fue poco explorada por los españoles, dejando una cultura autentica.

Es más, Batad se encuentra tan alejado que el poder llegar no resulta facil, pues tocará tomar un bus en Manila a las 10 de noche hacia el pueblo de Banaue, llegando a las 7 de la mañana del siguiente día y a pesar que no pagarás hotel esa noche, consiliar el sueño en el bus será imposible ya que el camino esta repleto de curvas pues se viaja entre montañas durante interminables horas.

Una vez en Banaue, se debe tomar un microbus por una hora mas el cual te llevará a Batad, pero antes de continuar el viaje lo mejor es descansar, comer desayuno y disfrutar de la vista a las primeras terrazas de arroz en Banaue.

Luego del desayuno, el microbus te llevará hasta donde el camino literalmente termina y toca tomar la mochila y caminar por otros 30 minuntos hasta llegar al increible pueblo de Batad y en el mismo instante que lo vez en persona sabrás que el cansado viaje valió la pena.

Batad

Sin duda llegar a Batad te apartará completamente de la ciudad, no solo la señal de telefono no llega en absoluto sino también el lugar esta rodeado de montañas que paresen muros que te aislan de todo lo demás y con la preciosa vista te acompaña un aire fresco de clima frío. No hay hoteles o bares, sino que se hospeda en alguna casa de los habitantes la cual han sido apliadas para recibir a los turistas.

Llegamos en diciembre, cuando la cosecha ya ha pasado, aun asi el lugar es precioso al ver las terrazas llenas de agua, además se puede observar las huellas de los campacinos que han estado trabajando en ellas. caminando entre ellas se ven los muros que han sido construido con miles de rocas sobrepuestas dejando que el agua fluya de una terraza a la siguiente.

Al llegar al otro extremo encontrarás un camino cuesta bajo que te conducirá a la catarata de Tappiya y donde se ve un curioso río dando vuelta en "U"

Catarata de Tappiya

Al bajar el camino terminará justo donde est{a la catarata de Tippiya, la cual tiene una altura de un edificio de unos 10 o 15 pisos, creando un sonido fuerte por la cantidad de agua que cae debido el gran caudal.

Mientras se contemplaba la catarata conocimos a Kevin, quien como muchos otros filipinos viajaba sin compañía para conocer más a su país y a Kristina que todos los días viene a este lugar para montar su tienda y vender café, sodas y sopas instantaneas a los turistas, asi como otros tiendas que se encuentran en el camino y las cuales se agradecen que esten ahí pues son excelentes puntos para recobrar energía.

Banaue

Luego de Batad nos dirigímos hacia Sadaga, para ello tomamos un microbus por unas 2 horas, pero en el camino paramos en Banaue para apreciar las montañas con sus terrazas.

En la foto señoras en Banaue usando vestimentas típicas, ellas piden una donación para dejarse tomar la foto.

Sin duda, Batad nos cautivo con su belleza y misterio, no pude evitar pensar que sería haber nacido ahí, y ser parte de una cultura tan antigüa y lejana que hoy por hoy se sigue sustentando del arróz y turismo.

¿Te animarías a ir?